El Festival de Narrativa y Poesía, Ojo en la tinta, es un evento literario independiente que se realiza en la ciudad de Bogotá, Colombia, desde el año 2009. Este busca encontrar y difundir nuevas voces en la literatura colombiana y latinoamericana. El festival es organizado por el Colectivo Literario La Raíz Invertida.

domingo, 22 de enero de 2012

Vanessa Ruggiero


EL ACORDEÓN DE ‘MÚSICA’ URBANA

Era insoportable. Los chillidos de niños, las voces graves de adolescentes, las colegialas practicando su Hau ar yu, los quejidos de los viejos, el llamado de ‘Próxima parada’, el traqueteo de rodillas cansadas, las toses, los estornudos, el abrir y cerrar de puertas; todos los sonidos reunidos en ese acordeón de TransMilenio.

Y mi cabeza a estallar. Hacía tiempos que no me daba una migraña tan agresiva. Estuve a punto de vomitar sentado en la rotonda.

Piufff…fff, pip, pip. Piufff…fff, pip, pip. Ruuuaaannn. Rooonnn. Reee. Ruuumuuunuuun. Ruuuaaannn. Rooonnn. Reee. Ruuumuuunuuun. Piuff…fff, pip, pip. El sonsonete del bus retumbaba en mis piernas. Estuve a punto de gritar sofocado. Pero, ¿de qué serviría?

A un muchacho le dio por mecerse en el acordeón: Cling, clung, cling, clung, cling, clung, como si fuera el resorte de un colchón. Me ahogaba entre los ruidos grises y el dolor. Todo gracias a la maravillosa idea del día Sin Carro o dizque el día del Aire Limpio.

¡Ja! ¿Qué aire limpio se respira en ese aparato a las 6 de la tarde? ¿Qué tiene de saludable estar apretado con la sinfonía de ruidos ensordecedores? ¡Ayyy!

No, no, no, no, no. Como si no fuera suficiente a otro por allá le dio por escoger el mejor tono para su celular. Tunturutututurún, turí-rú-riru, tunturutututurún, turí-rú-riru, Plinpiriripliplín tirú-riru, plinpiriripliplín tirú-riru, Firuriruriru-ronronron, firuriruriru-ronronron. ¡Hubiera querido tomar el teléfono y pisotearlo hasta que no sonaran ni los contactos electrónicos! Squash, squash, shhhs, shhha, sjjash. Shhhs, pshhhss, pshhhs, pshhhs. ¡................................!

Piufff….ffff, pip, pip. Piufff….ffff, pip, pip. Ruuuaaannn. Rooonnn. Reee. Ruuummmuuunnnuuuun.  Piuff…fff, pip, pip.

Pró-xi-ma pa-ra-da, Santa Isabel, dijo una voz metalizada, al tiempo que recé:
“¡Oh Santa! Ayúdame. Que el dolor desaparezca, que se vaya de pesca a otra cabeza, que tome por sorpresa a otra testa, que me deje tranquilo y no resuene entre mis venas. Bendita entre las mujeres, que no me sigan cayendo mal las copitas de jerez, no permitas que el zumbido de la ciudad me ensordezca. ¡Silénciala! Ponle ‘mute’, dale mate o quítame las orejas”.


jueves, 12 de enero de 2012

Saúl Gómez Mantilla


Cúcuta, Colombia - 1978. Profesional en Estudios Literarios de la Universidad Nacional de Colombia.  Se desempeña como asesor en Promoción de Lectura.  Ha obtenido los siguientes reconocimientos: Premio Estimulo a la Joven Poesía Colombiana, convocado por la revista Prometeo en el marco del XI y XVI Festival Internacional de Poesía de Medellín, 2001 y 2006, con sus libros Ideas de Viaje  y Lección de Olvido.  Postulado por Colombia ante la UNESCO al Premio Mundial de Poesía Puentes de Struga de la República de Macedonia, con su libro Rostro que no se Encuentra. 2010.



De las palabras extraviadas

El poema que se pierde en la noche
un tejido de palabras
entre la algarabía y el tedio
para los libros que nunca llegan.



Lo relativo

Si al escuchar los golpes
no hubiese abierto la puerta.

Si el alcohol
no hubiese tocado la boca

¿La felicidad tendría otro rostro?

¿Otro cuerpo espantaría la noche?



De los sonidos

La música como un ladrido
miedo ante un pasillo
que crece a cada paso.

La música como una pérdida
un cuerpo que se descompone
huida entre miradas que condenan.



Tatik Carrión


    Gestora Cultural, escritora y docente. Directora del Encuentro de Escritores "Fuerza de la Palabra".
    Difunde el trabajo literario y artístico de jóvenes y maestros colombianos por medio del Programa Radial Tertulia Poética y de la Asociación Zona de Arte Alternativo.
    Algunos de sus textos han sido publicados en diferentes antologías. Actualmente prepara la publicación de su primer libro que reúne poemas y cuentos cortos.



EN EL GRANERO

A Antonino Ramos y a mis hermanos y primos,
compañeros de los juegos que nunca gané.

Hace muchos años murió mi abuelo. Vivía en esta casa gigante de madera que traqueteaba con cada paso y con cada cosa: con el sol, con la lluvia, con mis pasos bruscos y con sus pasos suaves cuando él, espiaba a mi abuela en el tocador.

Aquí crecimos todos. Aquí y en el granero. Claro, el granero. El lugar de las pesadillas por donde corríamos todos con sudaderas idénticas pero de diferente color mientras jugábamos a las escondidas.

―Dieciocho, diecinueve, ¡veinte!... ¿Ya? ¡Salgo a buscar!

Los ojos brillantes en la oscuridad. La respiración de todos como un eco danzante. Los pasos del buscador hacían que el frío se me metiera por los oídos y me zumbaran los miedos. “¿Qué tal que no me encuentren? ¿Y si mis hermanos se van y me dejan sola? ¡Ay no! ¡En el granero asustan!”.
Pasaban los minutos y nada de nada. Poco costaba decir: “¡Estoy detrás del molino viejo... donde hay una mesa llena de cajas, de herramientas y trapos…! Pero así no era el juego, había que esconderse y escuchar al silencio señalándome y haciéndome recordar los pequeños robos con mi amigo imaginario. Los nervios me hacían dar ganas de orinar... me voy a orinar, me voy a orinar, pensaba una y otra vez”.

―¡Un, dos, tres, por Orlando que está detrás del tractor!

―¡Un, dos, tres, por César que está detrás de la puerta café!

A Sandra y a mí, no nos han encontrado... ella está con Raúl en el cuarto de las herramientas del abuelo. Afuera se escucha la música y las carcajadas de los tíos. Es diciembre. Me gusta diciembre porque vienen todos mis primos y jugamos y reímos.

Mis tíos toman cerveza y bailan. Mi abuela cocina generosamente y mi abuelo, conversa con mi papá y algunos tíos. Hace un rato lo vi reír. Cuando sea grande, quiero aprender a bailar, para invitarlo a la pista que es la sala de la sala de su casa; además porque él cumpleaños el 31 de diciembre…Todo está oscuro y pienso en mi hermanito, es un bebé que debe estar con los otros bebés tratando de dormir con este ruido. Bueno, por lo menos él se puede mover y hablar; en cambio yo acá, con miedo y ganas de orinar detrás del molino viejo que huele a óxido, a metal y a tiempo, sin poder mover la cabeza y cerrando los ojos. No sé para qué los cierro. Tal vez pienso que así ayudo a la oscuridad a hacer sombra. ¡Me voy a orinar!”.

―¡Un, dos, tres, por Sandra y Raúl que están en el cuarto de las herramientas!

Solo falto yo. ¿Por qué mi hermano no me encuentra? ¡Acá estoy! Por aquí atrás… en el hueco. Susurran. Los escucho hablar suavecito y reírse, creo que mis primos le están revelando mi guarida a Giovanny…pero él sigue de largo y no me ve. ¡Ay no! ¿Qué hago? ¿Qué tal si me muevo para darle una pista? ¿O si mejor gano el juego? Pero es que... yo nunca he ganado...Ay, Dios, me voy a orinaaarrr, ya no aguanto… me asfixio. El molino me quita el aire y su olor se mete por mi nariz para hacerme llorar por los recuerdos... mejor voy a mover el molino, ¡aunque está muy peeeeesaaaaaadoooo!

El estruendo fue tremendo. Mis primos y hermanos, corrieron como locos escapando de las benditas almas del granero. Quedé sola en medio del silencio y perdí de nuevo…


Ahora que he vuelto, y cuando el granero solo es un lote baldío sigo con la misma pregunta de siempre: ¿Mi abuelo habitará este lugar que todos hemos perdido?




Betsimar Sepúlveda


Nacida en Maracay estado Aragua-Venezuela (1974). Es técnico superior universitario en publicidad y mercadeo, pedagoga, cursa actualmente Literatura en la Universidad Autónoma de Bucaramanga y Gerencia en comunicación y cultura en la Universidad de Córdoba-Argentina. Fue editada por primera vez en la antología poética “dragones de papel” merecedor del premio nacional a obra prima (Venezuela 2.004) tiene en su haber dos obras publicadas: “Ruta al vientre azul” (Venezuela 2.004) y “Cadáver de lirio” (Venezuela 2.007). Ha sido invitada a participar en diferentes festivales de poesía en Venezuela y Colombia. Es colaboradora permanente de revistas literarias en Argentina, Chile y Venezuela. Actualmente reside en Bogotá Colombia, donde imparte talleres de creación poética.


La mujer lleva por sombra una serpiente
va tras el desangrado fruto
colgado en el nicho del hombre
entre el bien y el mal
juega un dios expulsado de aquel paraíso
nacido  al filo del primer bocado



Mientras el hombre se empeña
en domesticar galaxias
parcelar a golpe de sangre la franja mediterránea
ganar la copa Libertadores
o llevar el pan que amorosamente
callará el hambre de sus hijos
yo sigo aquí...
...viendo girar este L.P de Chavela Vargas
con la terca rotación
que hace mi corazón sobre tu eje imaginario




De cerca  tu desnudez es casi cotidiana, casi única
en algún momento del día se florece y entonces
juega a perderse bajo mi mano que no alcanza a tocarte
si te miro de lejos, lo suficiente para ofender la tibiez
te recoges en una sola caricia…en círculos de agua y de sonidos
te deshaces, te anegas
reinventándolo todo…
¿y yo qué haré con esta leve bastedad  en mis manos?
Te concurre  un obelisco de amapolas
un avizor de constelaciones táctiles
un relámpago que reclama su terredad,
y la vanidad de poder morirte en este instante.
Podría reducirte  a un átomo de ternura
podría girar locamente en tus bosques de anillos seculares
o simplemente
quedarme en el sonido lentísimo de los ríos de Neil Young
para extender tu desnudez como llanura impúdica y pródiga...
...y sobre ella yo
como un corolario de tu paisaje retráctil
yo,  la prolongación cósmica de tu desnudez.