El Festival de Narrativa y Poesía, Ojo en la tinta, es un evento literario independiente que se realiza en la ciudad de Bogotá, Colombia, desde el año 2009. Este busca encontrar y difundir nuevas voces en la literatura colombiana y latinoamericana. El festival es organizado por el Colectivo Literario La Raíz Invertida.

martes, 27 de marzo de 2012

Fredy Yezzed


(Bogotá, Colombia, 1979). Es escritor y viajero. Su primer libro de poesía, La sal de la locura, fue galardonado en Argentina con el Premio Nacional de Poesía Macedonio Fernández 2010. Ha obtenido el XII Premio Nacional Universitario de Cuento Universidad Externado de Colombia 2001; el Premio Nacional de Cuento Ciudad de Bogotá 2003; el Premio Nacional Poesía Capital 2005 y el XXVII Concurso Nacional Metropolitano de Cuento 2006. Es licenciado en Lenguas Modernas de la Universidad de La Salle y profesional en Estudios Literarios de la Pontificia Universidad Javeriana. Después de un viaje de seis meses por Suramérica, se radicó en Buenos Aires, Argentina.



HE HABLADO CON una mujer que parece normal en el jardín del hospital. Me ha narrado la siguiente historia con una tranquilidad agría: Estaba sentada en un banco de madera en el parque Lezama hace unos meses. Acababa de salir del trabajo. Estaba abrigada y pensaba en sus dos hijos lejos, en Lima. Dijo que los árboles del invierno eran el reflejo de su alma y todo transcurría en calma. En los juegos de madera vio como un niño de siete años se cayó contra el pavimento y se abrió la cabeza. Ese grito, más allá del aire… dijo. Entonces corrió y alzó al pequeño y, abstraída, se lo llevó a su casa y lo curó. Pasó la tarde acariciándole el rostro. Sólo las paredes humildes que la rodeaban saben las cosas buenas que pensó junto al niño. Al anochecer golpearon a su puerta las autoridades y los padres del niño que lloraban de angustia. Dijo que se aferró a la criatura como a sus huesos. Golpes. Las entrañas reventadas en los gritos. El invierno que la metía a una celda.
   Las enfermeras dicen que en las noches llora y abraza un muñeco de trapo al que llama mi Charly.
   Las enfermeras no saben que sus hijos aún la esperan.




   LE HABLO del aire. El aire es el que me sostiene. No importa que no esté escrito; existe en mi mente, y por ende es. El aire no es sólo el astro torcido de mirarla, la forma que adopta el agua en el cuerpo o esa manera de tragarnos los árboles de las calles.

   El aire, señorita Dalzotto, es la mano que me levanta la quijada, es esa electricidad de verla, es esa vergüenza de tocarme para sentirla cerca.

   Usted me recuerda que soy hombre.
   Usted me recuerda que sigo vivo…




   POR ACCIDENTE HE pasado hoy la palma de mi mano por la cabeza. La he palpado minuciosamente ahogado en un silencio perplejo. Me he dado cuenta de que estaba rapado por completo. He deslizado con suavidad mi mano por la frente, la nariz, la quijada. Me mojaron la angustia y los nervios como la ola contra un acantilado: ¡había olvidado cómo era mi rostro! Caminé de un lugar a otro con desesperación. Me busqué en el reflejo de una ventana sucia, en el revés de una cuchara, en el brillo del marco de una puerta metálica. Pero no me pude ver. Indescriptiblemente me carcomió la tristeza. Lloré acurrucado en un rincón. No comprendí por qué no hay espejos en este lugar.

   Digo palabras falsas con la cabeza clavada en mi pecho y mis dedos entrelazados en la nuca: adentro soy yo y mi propia imagen. Adentro está mi espejo. Pero mi espejo no tiene reflejo. Soy un hombre sin rostro.

jueves, 8 de marzo de 2012

Paola Cadena

Nació en Bogotá en 1983. Es Licenciada en Español e Inglés de la Universidad Pedagógica Nacional y Magister en Literatura Española e Hispanoamericana de la Universidad de Cincinnati.  Publicó su primer libro  titulado Hotel en el 2008 con la editorial Ulrika, y su segundo poemario Cinema está próximo a aparecer en Venezuela con Bid & co. Editor. Poemas suyos han aparecido en diversas revistas y antologías de Colombia, España y México. Además, ha participado en varios encuentros como el Festival Internacional de Poesía de Bogotá, Poesía en Abril de Chicago, entre otros. Finalista del VI Certamen Internacional de Poesía Martín García Ramos, 2007. Ha colaborado en revistas nacionales y extranjeras, así como en organizaciones para la promoción cultural y literaria. Actualmente se desempeña como docente de literatura de la Universidad Pedagógica Nacional.




CINEMA PARAÍSO

No es fácil construir un silencio que apunte al olvido
ese algo que se pierde cuando las imágenes desplazan al mundo
y el mundo es eso nuevo que intenta  nacer en la pantalla
Yo le pediría a Dios cincuenta liras sin la botella de leche
porque no es fácil vivir este camino insípido de los soles
y las cintas, en cambio, saben ser amarillas y no tener luz
ni días
¿Qué otra posibilidad tiene el paraíso de ser paraíso
sino aquella de ser un invento escapado, fugitivo?
No me gusta vivir aquí, en esta hora de una noche
en esta habitación de una ciudad
en esta mujer que tiene un nombre
Me gusta vivir allá
en una plaza pública que tiene dueño propio
en una cinta que de vieja se convierte en incendio
en un cinema donde el paraíso tiene varias funciones por día
un paraíso cada vez
que se puede rebobinar si quedaron dudas de lo edénico
y repetir el hombre dormido que se traga los insectos de su sueño
el terror de ojos abiertos que se convierte en pájaros rojos
los niños que aprenden de senos lo que no aprendieron de sus madres
las prostitutas que cierran el telón para que la película esté en su sexo
un par de ojos quemados que se borraron de la cara
y se volvieron videntes al fin
La pantalla nos redime de tanta imposibilidad
de tantas alas para los pájaros y tan poco vuelo para los hombres
El cinema no se derrumba
siempre nos devuelven esa parte mutilada de las cintas
lo que no querían mostrar
tan sólo hay que marcharse solo y estar lejos
lejos
para volver a buscar la vida donde la vida se proyecta




PERSONA

¿Ya vio a la señora Alma? Enfermera
Sólo afirmó que quería reír
y murió

Alma es como mi Alma
que habla sola
como pretendiendo que yo escuche
cuando cada palabra me es otra forma del silencio

Mi Alma recoge las mugres de mi patio
limpia la memoria y encuentran carnes muertas
Alma acaricia las entrañas del miedo
y se escapa
pero siempre la encuentro
-está leyendo mi alma sola-
y quiere que le hable para confirmar que existo

He enloquecido a mi pobre Alma
sangran sus narices
como sangran las mujeres en su precio por estar vivas

Ella me pide perdón
pero No debió mostrárseme
y besa la tierra con su llanto
pero la luz de mi seno izquierdo dice que es mejor vivir sin alma
Mi alma se mezcla con el hombre que amo
pero él está ciego
no ve que es mi alma         que no soy yo
que me mató el silencio

A veces soy ella y a veces no soy
pero decimos lo mismo
el mismo dolor en las mismas palabras
Ella no quiere existir en mi nombre
ella sabe amar
yo sólo puedo silencio
¿Cuál es mi rostro?
¿Cuál es mi alma?
¿Dónde la mujer?





VILLA DEL PERRO

Si desaparecieran las paredes      las puertas y las ventanas
¿Cómo terminaría la soledad infiltrada donde no hay cobijo?
¿Dónde el lugar exacto para encubrir las miserias?
Las calles son un decir de frío                  y el hogar
un muro falso que no cura al viento
.
Cuando se callan los ojos  el ruido de los colores se ha hecho súplica
el negro ofrece un placer bondadoso
y el blanco se hace máquina de fabricar angustias

El festín del dolor tiene llanto de mujer
y  es la penetración de un hombre que no desnuda más que el sexo
Cada dedo es porcelana marchita
que se quiebra por el martillo desatinado de los días
y deja la mano incapaz de asir la vida  el amor  la muerte

Cuando los ojos deciden aplomar la lengua     dejarla muda
los zapatos gritan sus pasos
y las moscas cantan con sus alas la fetidez de su existencia
el hielo al quebrarse llora su frío
y las puertas no se abren sino gimen
con el placer de una dama
Si sólo existe una villa y un perro
tal vez su ladrido sea el llanto único y más frecuente de Dios