Andrea Figueroa

Siendo el 13 de octubre de 1983 nace en la fría urbe de Bogotá Andrea Figueroa, una mujer quien en el transcurrir de su existencia  ha llegado a descubrir  sus pasiones, miedos y demonios  con tal devoción, que a partir de estas experiencias alimenta el recorrido que decide realizar a través del ejercicio de la escritura.

Estudiante de Licenciatura en Humanidades e inglés de la Universidad La Gran Colombia, encuentra en esta trayectoria la seducción interminable de la literatura, ante este evento cierra los ojos y se lanza al vacío, comienza a escribir poemas cortos, y posteriormente compartirlos con amigos cercanos para luego convertirse la poesía su más ferviente hilo de escape, como ella misma lo denomina. En su propia percepción la poesía es una perspectiva que involucra todas las dimensiones del ser humano; en ella, los sentimientos pueden ser revelados y a su misma vez compartidos, donde el alma puede desnudarse y se funde con los estremecimientos que con el transcurso del tiempo causa cada situación en la vida. 

ESPECTRO

Mi alma es sólo un espectro,

que la niebla ha dibujado en un pantano,

despojo carente de certeza.

Mi alma,

insatisfecha de devociones perdidas,

hace contraer mi cuerpo…

y siento…

siento que soy silueta,

de la insatisfacción que circunda diariamente,

soy presa de mis angustias no extintas,

de la pasión,

que sin desdén  me arroja a tus brazos,

Soy  el retrato de mí misma,

pero al mismo tiempo de mi vejez,

aquella que se vuelve  ténue

en unos instantes,                                      

en unos suspiros.

Soy figura de la oscuridad;

pero al mismo tiempo, del fulgor del amanecer

cada vez que despierto en tu regazo

Mi alma,

asiste al encuentro con tu alma todas las noches,

mientras nuestros cuerpos cansados,

duermen con el sollozo

de lo cotidiano de los días,

donde las musas de nuestras poesías y cuentos

Esperan un nuevo día

para ser cómplices , en una revelación.

SERPIENTES DE AGUA

Sólo las serpientes de agua

Llevan en sus cabellos los trozos de estrellas comprimidas.

Se difuminan

En la alegoría  de un pincel abstracto,

Ondean su cuerpo

En el lascivo brebaje de la lujuria.

Serpientes de agua

Dormidas en el marco que enlazan sus pechos,

Revistiendo la angustia

Con marcas de flores grabadas;

Curvando la parca fragilidad

En  el tranquilo palpitar de un sueño.

Vengan a mí, delirantes serpientes de agua

Enséñenme a estar oculta en la bastedad de los helechos;

Conjúguenme en la mesura del arte

Para dejar de amar los espacios hinchados,                                                                 

Que me alientan a orlar las fibras de la ausencia