El Festival de Narrativa y Poesía, Ojo en la tinta, es un evento literario independiente que se realiza en la ciudad de Bogotá, Colombia, desde el año 2009. Este busca encontrar y difundir nuevas voces en la literatura colombiana y latinoamericana. El festival es organizado por el Colectivo Literario La Raíz Invertida.

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miércoles, 29 de diciembre de 2010

Marcelo Del Castillo


Antes que escritor marginal como toda la literatura que se ha escrito en el mundo, soy un lector infatigable, caótico y disperso. Leo hasta los papeles caídos en las calles, de los cuales considero un potencial detritus universal con el cual escribiré un libro invencionario de ficciones recicladas de esa misma realidad, haciendo una especie de ecología literaria: contribuyendo así disminuir una infimomillonésima parte la basura con la que estamos indiferentes ahogándonos junto con el planeta entero.De la dramaturgia audiovisual me apropie de sus técnicas de elaboración creativa para utilizarlas en la escritura de mi ópera prima de novela "EL SUEÑO DEL PERRO" , ante la imposibilidad de una puesta en escena de un guión original donde personajes buenos quieren hacer maldades y sus tentativas generan situaciones de risa: es una comedia que contiene conexiones temáticas con el género de la novela negra.También mantengo actualizado el blog con casi toda la información literaria que produce la lengua,y por supuesto, la imaginación: Del Castillo Literario.blogspot.com"
Un aforismo como filosofía de vida: " Yo quería regalarle al mundo, una palabra. Como no pude, me hice escritor": Stanislaw Jercy Lec. Polaco. Aforista de aforistas. Escapó de un campo de exterminio alemán
vestido de soldado nazi.


Una noche en la oficina

"Ese vestido entubado le ciñe ese espléndido culo que tiene" pensó al verla que se dirigió hacia el archivo, después de entregarle la carta que tanto le había recomendado.
Abrió uno de los anaqueles pesados con tantas carpetas de la correspondencia, las facturas y las órdenes de pedidos que ya no se realizaban. Dio un vistazo a la ventana abierta, oyendo el rumor de la noche en la ciudad, los bocinazos de los autos afuera en la avenida concurrida, los gritos de niños que avanzaban de la mano de sus madres, hombres sin empleo que pasaban lamentándose. Mujeres que riendo a carcajadas, seguramente se contaban sus amores. "Cómo deseo salir a divertirme esta noche", pensó, pues vivía sola. Su rutina era de la casa a la oficina y otra vez a la casa. No tenía vida social como se dice. Cuando consiguió ese trabajo de secretaria, él la eligió entre tres porque sabía tomar notas rápidas en taquigrafía. Además, sabía escribir a máquina sin mirar el teclado. Era otro tiempo. La oficina estaba en otro edificio, al lado, había más trajín por la abundancia de pedidos y la prosperidad que no duró mucho: por eso él le dijo que iba a deshacerse poco a poco de tanto personal, y que se reducían a un simple cubículo que ya lo tenía visto al lado. No necesitaba más .Así fue. Porque ahora llegaba la crisis.
Ella desde esa remota tarde cuando la contrató lo vio, se maravilló de ese porte suyo: rubio, con esa carrera al lado. Joven y apuesto. Un ejecutivo deseado que hacía suspirar a tantas mujeres.
Él observó nervioso el sobre del banco. Pensó que si no le extendían el crédito tendría que cerrar la oficina. "Qué hago con ella", se preguntaba expectante, mientras sentía que ella estaba al lado del archivo revisando carpetas inútiles, más por saber de qué se trataba. Ella se apuró a preguntarle:
"¿Es del banco?"
"Sí, del banco"
"¿Y?"
"Vamos a ver qué dicen"
Ella se acercó, sintiendo el penetrante perfume de la colonia. No sabía que marca era esa rara colonia que el usaba. Miró de reojo la piel blanca, apenas cuarteada por mínimas heriditas de la cuchilla de afeitar. Bien rasurado. Él terminó de abrir el sobre, y leyó mentalmente. Abrió más sus grandes ojos verdes. Hizo un gesto de alivio diciendo:
"Extienden el plazo del crédito, pero castigan subiendo el interés sobre la mora".
Le extendió la carta con membrete del banco. Ella sonrío. Pensó abrazarlo y besarlo. Tan lejos y tan cerca, se dijo.
Con la hoja en la mano por hábito se devolvió para archivarla.
Él extrajo un puro. Con paciencia lo mordisqueó y lo encendió dando grandes bocanadas. El aroma del humo empezó a invadir el ambiente de la estrecha oficina.
Ella se decepcionó. Ahora buscaba en la carterita el dinero del pasaje para ir a su casa, donde nadie la esperaba.
"¿Dónde reside Gertrude?", preguntó él.
"Casi en las afueras. Tengo que apurar porque en diez minutos pasa el último bus que me lleva"
"No se preocupe yo la llevó"
Ella volvió a guardar el dinero en la carterita y suspiró esperanzada.

domingo, 28 de marzo de 2010

Ojo en la tinta: 1° Festival de Narrativa Vs Poesía


Nota sobre Ojo en la Tinta

Durante el mes de octubre del 2009 se llevaron a cabo cinco encuentros con la nueva literatura contemporánea y “underground”, en el primer festival de literatura “Ojo en la Tinta”, bajo la premisa de Poesía Vs Narrativa; no con una intención de discordia o de competitividad, más bien como un encuentro amistoso, en el que se expusieran los trabajos literarios de jóvenes que están embarcados en ese camino, un tanto pedregoso, de la creación literaria.

Para este fin se invitó a diferentes grupos literarios, que de manera autónoma  abren sus espacios en el escenario de la literatura bogotana. De esta forma el 1° Festival de Narrativa vs Poesía contó con miembros de grupos literarios como La conjura de los necios (Café literario y Taller de Creación literaria de la Biblioteca Pública El Tintal Manuel zapata Olivella), Grupo de poesía Aldabón (Taller de Poesía de la Universidad Pedagógica), Los Cuervos (grupo literario de Suba), y los grupos independientes Caterva literaria, Remington, Periferia Literaria, entre otros, quienes leyeron y compartieron textos de su propia creación, en espacios como la Biblioteca Pública el Tintal, la Biblioteca Pública Virgilio Barco, la Biblioteca Pública de Suba, el Jardín Botánico y la Biblioteca Pública Ricaurte; escenarios localizados en diversos contextos de la ciudad de Bogotá.

Fruto de una gestión autónoma, se ofreció un espectáculo particular a personas de diferentes estratos, condiciones y ocupaciones, de forma gratuita y sin ningún interés de retribución económica.

Dichas jornadas se caracterizaron por tener como objetivo el entablar una plática amena entre los diferentes grupos literarios, con el fin de que las diferentes gestiones en torno a la literatura no queden limitadas a ciertos círculos donde se desconoce el trabajo de los otros. Con este propósito, los recitales se perpetraron acompañados por un diálogo familiar entre los invitados y el público asistente.

“Para cerrar con broche de oro” al finalizar el festival nos acompañó la escritora colombiana Piedad Bonet, quién no solo compartió con nosotros sus poemas, sino que nos contó sobre su oficio de escritora, sugiriendo algunos consejos a partir de su experiencia, a aquellos jóvenes que se aventuran al ejercicio de la escritura, dejando claro que es un camino de mucha disciplina y talento.

Al final de este primer “Ojo en la Tinta” nos invadió un sentimiento de gratitud  con las personas que desinteresadamente nos ofrecieron su apoyo; igualmente  con el grupo interesante de personas, que oscilaban entre 20 y 50 asistentes por evento, que con buena atención y disposición estuvieron a lo largo de todas las jornadas.

Por todo lo anterior vale recalcar que nos queda un gran sentimiento de satisfacción por el ejercicio realizado, teniendo en cuenta que ha sido nuestra primera experiencia,  la cual se encuentra en aras de mejorar.                 

Jenny Paola Bernal
Comité Organizador.

Marcelo Del Castillo




Antes que escritor marginal como toda la literatura que se ha escrito en el mundo, soy un lector infatigable, diverso y caótico. Leo hasta los papeles caídos en las calles, de los cuales considero un potencial detritus universal con el cual escribiré un libro invencionario de ficciones recicladas de esa misma realidad, haciendo una especie de ecología literaria: contribuyendo así disminuir una infimomillonésima parte la basura con la que estamos indiferentes ahogándonos junto con el planeta entero. De la dramaturgia audiovisual me apropie de sus técnicas de elaboración creativa para utilizarlas en la escritura de mi ópera prima de novela "EL SUEÑO DEL PERRO", ante la imposibilidad de una puesta en escena de un guión original donde personajes buenos quieren hacer maldades y sus tentativas generan situaciones de risa: es una comedia que contiene conexiones temáticas con el género de la novela negra. Un Aforismo como filosofía de vida: "Yo quería regalarle al mundo, una palabra. Como no pude, me hice escritor": Stanislaw Jercy Lec. Polaco. Aforista de aforistas. Escapó de un campo de exterminio alemán vestido de soldado nazi.

 

 Desasosiego

“No quiero huir de ti, sino de mí” le dijo ella.

Esa situación en la playa le empezaba a aburrir, a fastidiar. Sabía que ya nada iba a ser como antes. Tengo que sucumbir, pensó. Tampoco el desconocido que la acompañaba le significaba nada en ese momento.

“Y qué haces”
“Vendo afiches, recuerda” dijo él.

Ella no recordaba; o no quería recordar. Le asomaban a su mente destellos de recuerdos como el sonido persistente del timbre. Se tambaleaba borracha agarrándose con la mano en el pomo de la puerta abriendo y cayéndose frente a la cara sorprendida de un vendedor ambulante que le ofrecía afiches. Despertó con escalofríos protegida con una cobija, mientras ese mismo extraño la saludaba, sonriéndole. Se quedó velando su sueño profundo. Miró su reloj de dígitos luminosos, son las tres pasadas, no he comido nada. Vio en la nevera una cerveza y la destapó. Se preparó un sanduche y recorrió el apartamento. En las paredes cuadros originales de pintores famosos. Los admiró con devoción. Apreciaba el arte de verdad y no esas burdas reproducciones con las que sobrevivía. La cerveza le dio ganas de orinar. En el baño encontró sobre un espejo un polvo blanco, y una cuchilla de afeitar partida en dos. Estaba apartada. La idea de que aquella mujer, seguramente dueña de esos cuadros, se quería cortar las venas, lo perturbó. Volvió a contemplarla en el sofá de la sala con un sueño profundo.
Caminaban sobre la arena ardiente de la playa. Las olas les refrescaban los pies como un bálsamo. La brisa escasamente soplaba y era tan caliente que el aire reverberaba en el atardecer. Sudaban. Ella lo miró altiva queriendo demostrarle así su superioridad. El iba detrás en silencio, pensando que acompañaba a una loca, y se creyó también otro chiflado porque le siguió la corriente cuando le propuso ir al mar que tanto anhelaba conocer.

Ella se daba cuenta que su vida estaba vacía, sin sentido. Sabía que de ésta ya no quería salir, deseaba hundirse más, sucumbir definitivamente. Al verla adentrándose más y más la arrastró hasta la orilla y la dejó allí muy asustado. Recordó aquella poetisa que se adentró en el mar, desapareciendo. Estalló en un llanto que se confundía con el agua de las olas que le golpeaba el rostro. Lo insultaba jadeando derrumbada apenas vestida con ese camisón que se le pegaba a la piel, delatando que estaba completamente desnuda. El sintió una erección al verle el espléndido cuerpo húmedo.

“La vida es dolor y sufrimiento, pero todo es pasajero.”
Ella al oír esas palabras del desconocido, sintió un alivio placentero. Había encontrado a alguien que por fin le importaba su vida. El seguía ahí agitado viéndola sollozar.

Le extendió una mano. Ella le alcanzó las suyas. A ella se le iba disipando ese desasosiego acendrado en su alma que le parecía que ascendía y descendía como las olas del mar.

Después caminaron una detrás del otro, viendo juntos que el sol se opacaba en el horizonte.