Escritora y Poetisa Colombiana. Estudio Literatura y Filosofía. Con un léxico renovado y autentico, opta por una poesía dedicada al amor, la autocompasión, la crítica social, hasta el humor efervescente y provocador. Se mueve entre poesía, novela, crónica, ensayo y micro relato.
LA TAZA DE LOS DESECHOS
El cereal flota dentro de la leche tibia que se escurre entre los labios, sus burbujas se revientan una a una, revelándose contra la tiranía juvenil y los cordones que cuelgan de los tenis de leopardo. Allí esta ella pálida, imperturbable, impune a la crueldad comiéndose la uñas medio pintadas de ansiedad.
El la acompaña con sus ilusiones de amor, de besos y de rímel, sus lágrimas negras lo conmueven pero prefiere alejarse de la habitación, de la situación con sus medias de malla y el olor a tabaco profundo que penetra la habitación. Bloody mary. ¿Por qué te vas? El cielo está oscuro, gris ratón que no quiere alumbrar ni parir una franja de luz tenue y fría, como tú.
El viento corre libre y se empañan los pensamientos, solo quedan las notas, el reproductor y el vacio. ¿Hay alguien allí afuera?
DE LA SOLEDAD UN JUEVES EN LA TARDE
Miro, observo, anoto, realizo, no soy yo; soy una onda espacial ilimitada de color rosa, uñas rosa, y parpados rosa. No soy una rosa tampoco, soy más bien oscura, pesimista, lúgubre; pero no encasillada aburrida o temerosa de ser yo.
Grito desde el infinito al cubo, no me gustan las cosas cuadradas y disonantes, me pierdo en la distancia de una nota, de un adagio, de una capsula de tiempo y de antibiótico contra todos los males que me aquejan, que no son muchos, pero son poderosos. Me escondo en las páginas de un libro moderno, corrosivo, punk, no es extraño a mí; yo lo invente, yo escribí cada línea perjudicial.
Esto soy yo, una materia rosa infinita pudriéndose en el vacío.
TRES CUARTAS PARTES DE LO MISMO
Arriba, Abajo y Nada.
Arriba: un montón de maricones frustrados por los acontecimientos inertes de su estúpida vida.
Carros, casas, FX ¡yo que sé! Son todos iguales, no leen, toman vodka mientras babean observando las caderas de alguna ardiente vecina loca, son tontos. Los zapatos les brillan en la oscuridad, brillan más que las estrellas.
Sol, luna, ineptos.
Abajo: los aturdidos, los cansados, los vagos; otra junta de mediocres de menor talante y poder, no les brilla nada; son mas opacos que el gris, nada los supera, revoltosos, maltrechos y malhablados labran su camino en la desdicha y la pena.
Nada: no apuestan por nada, son ruines y cínicos, malvados inteligentes subversivos; ocultos entre las sombras, titilan los pensamientos vagos, viejos.
Corren con sus tenis de leopardo por entre los de arriba y los de abajo, no pertenecen, no cuadran, son un círculo perfecto entre un cuadrado.
Aquí pertenecen los desadaptados, los antisociales, los raros en inversos cartílagos de piel blanca. ¡Mierda! Ya estoy cansada de esta pantomima mal puesta en escena.
Quiero poesía, mucha poesía… no quiero nada.
1 comentarios:
Excelentes poemas,como siempre.
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