El Festival de Narrativa y Poesía, Ojo en la tinta, es un evento literario independiente que se realiza en la ciudad de Bogotá, Colombia, desde el año 2009. Este busca encontrar y difundir nuevas voces en la literatura colombiana y latinoamericana. El festival es organizado por el Colectivo Literario La Raíz Invertida.

jueves, 19 de mayo de 2011

Jorge Valbuena

Facatativá, Cundinamarca. 1985. Es Licenciado en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, promotor de lectura y gestor cultural. Obtuvo el premio Departamental de Poesía de Cundinamarca (2008) con el poemario Presos y el Premio de Poesía Revista Surgente en el marco del programa "Bogotá un libro abierto" (2008) con el poemario Los arados del parpadeo. Fue miembro del consejo de redacción de la revista universitaria de poesía El Ático. Participó en el XIV Encuentro Internacional de Poetas en Zamora, Michoacán, México. Su obra “Péndulos” fue reconocida con el primer puesto en el concurso Bonaventuriano de poesía en mayo de 2010.  Su poema “Abismos del silencio” fue ganador en el concurso nacional de poesía “Palabra de la memoria” Julio de 2010 – Universidad central. Bogotá. Coordinó el taller de creación literaria en la biblioteca pública El Tunal. 



Canto del escondrijo
“Ahogado el canto de los pájaros
descienden briznas de plumas
esquirlas de granizo.”
Jorge Rojas
En medio de la guerra
un ave construye un nido.

                     Entre cuerpos talados
delata el límite del tiempo.

Comisura de murmullos
                               un ayer que desespera.

Alarga su pico al fondo del océano
                    algo hay de cierto en ese otro paraíso
                   condenado a la muerte y los enigmas
al hedor de huellas mal hurtadas.

Silencioso y escondido
                       entre la soledad de un cielo enorme

vacío como esta hora
                    en que cae la rama
                                                y forcejean los siglos.


Sol menguante
Se acostumbra el candil
                                a perpetuarnos
secretos y olvidados
tras las nubes de humo,
ebrios de iluminaciones
               que se quieren beber
la oscuridad de las sombras.

Se dividen los llantos
                      como el sol menguante
cansado de irritarse
cansado de mirarse
siempre en silencio
arrastrando sus rayos por la tristeza
por su angustia vieja y vagabunda.

Se acostumbra el espejo a fragmentarnos
                                        en soledades inhóspitas
                 en migajas de abrigo.

Se acostumbra el misterio
a veces el tiempo
con el que justificamos nuestro vuelo
                                 en estas encumbradas estaciones.

El abismo ha rebosado sus orillas
y quedamos esperando un lugar en su episodio
una sobra de vacío
una pizca de estallido
o de oscuridad,
                          lejos del comienzo y de las partidas
en el acostumbrado ritmo
           de esta luz crujiente y roída
             que late aún
     y llovizna.



Gravitación
Al parecer el infierno es otro de mis poros
Donde pongo un poco de grafito para insultar el día
Inmolar los parásitos que desgastan el aire
Y murmurar cifras alargadas como trazos

Al parecer el insecto que hoy se ha resignado
Ha caído de un séptimo piso cubierto entre laureles
Y una soga de lluvia lo ha condenado al suicidio
Y el fiel trompetista que dentro aclama
Ha prohibido correr por el césped de esta noche
Atragantado en las últimas palabras que sopla y espanta

Y nada parece más incierto que el trazo
Que dibuja esta mano hacinada
Entre esta cárcel de amargos adoquines
Mitad turbulencia
Mitad ruina
Y aparecer en otra luna
Convencido de que es tristeza
Esa vaga luz que sortea
La mítica caída de la tarde

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